martes, 7 de marzo de 2017

Las mujeres del Club Mediterráneo

Las mujeres del Club Mediterráneo El mismo año que cerraba Delphi, también cerraba sus puertas “El Club Mediterráneo”, ciudad de vacaciones, más conocido como El Cangrejo Rojo, junto a la playa de Santa Catalina. Cerraba sus puertas, dejando a 200 personas en la calle. De ellas el 75%, más de 150, eran mujeres. Camareras de piso, limpiadoras, camareras del restaurante… las que limpiaban, las que servían, las que se dejaban los riñones todos los días para ganarse el pan, y para que durante más de 40 años nuestra ciudad acogiese a cientos de miles de franceses y belgas, que venían a disfrutar de nuestras playas y de nuestra ciudad. Cerraba sus puertas, como Delphi, mintiendo sobre las cuentas de la empresa, para deslocalizar y abrir en nuevo hotel en otro país, donde pudieran pagar sueldos de miseria. Pero ni los periódicos, ni los políticos, ni los líderes de los sindicatos mayoritarios dieron la décima parte de importancia a este cierre que al cierre de Delphi. No es nada extraño que las instituciones dominadas por hombres contemplen lo problemas que entrañan a las mujeres como secundarios, visibilicen las luchas protagonizadas por hombres e invisibilicen las luchas protagonizadas por mujeres. Curiosamente, este grupo de mujeres, durante tantas décadas de lucha, había conseguido importantes logros laborales, a los que una visión sindical patriarcal presta poca importancia: 1. Un autobús que recogía a todas las trabajadoras en el Parque Calderón a las 7:30. El transporte colectivo es mucho mejor para fortalecer lazos afectivos, redes de apoyo mutuo, y construir un grupo unido y cohesionado, que el vehículo privado. 2. Un comedor común en el que de 13:00 a 14:00 todas las trabajadoras compartían mesa, se contaban sus problemas, sus alegrías, los fallos de sus nóminas, se intercambiaban días de descanso… Mientras que hoy, la mayoría de personas trabajadoras van a comer en pequeños grupos o solos, compartiendo los macarrones con el Whatsapp. 3. Unos convenios colectivos decentes, logrado a través de la solidaridad entre eventuales, fijas discontinuas, indefinidas… en el que se consiguieron logros importantes como el 150% por los días de fiestas trabajado o subidas salariales ligadas a la productividad. La conciencia de clase no se construye con discursos grandilocuentes, se construye creando espacios donde se encuentren los cuerpos, de afectos donde se potencien emociones positivas y hábitos que articulen la solidaridad entre trabajadoras como rutina y no como excepción. Frente al mundo televisivos tipo Gran Hermano que nos dice que las mujeres se pelean, mundos reales como el del Club Mediterráneo que nos ilustra que las mujeres se apoyan, se quieren y consiguen mejorar el mundo cuando encuentran espacios desde los que se integren la lucha y lucha y la vida. La palabra sororidad nos sirve para definir la solidaridad entre mujeres en un contexto de dominación masculina. Es te grupo de mujeres compartía trabajo,, luchas, pero también barbacoas, comuniones, enfermedades, playa, bautizos, velatorios, bodas, fiestas, comidas… Así, nos gustaría recordar experiencias de vida como la de estas mujeres del Club Mediterráneo, que tejieron redes de sororidad de esas que son irrompibles, y que hoy, ocho años después de aquel cierre siguen vivas, porque no hay multinacionales ni reformas laborales que puedan romperla. Ocho años después del cierre del Club Mediterráneo estas mujeres trabajadoras, viudas, casadas, madres solteras, jubiladas, precarias, desempleadas… muchas de ellas con rodillas destrozadas, con hernias, artrosis, siguen llevando su casa adelante. Algunas no volvieron a encontrar un empleo, otras se vieron condenadas a la precariedad de las empresas de trabajo temporal, algunas ya no están en este mundo, como Conchi o Charo, que se pegó trabajando hasta bien entrado los 70 años. La asamblea feminista las 3 Rosas quiere rendiros hoy un homenaje, visibilizar vuestra historia, vuestra lucha y vuestras alegrías cotidianas, vidas de mujeres que un mundo dominado por hombres ricos se empeña en invisibilizar. Va por vosotras: Anita, Loli, Fátima, Pepi, Mame, Antonia, Teresa, María José, Sole, Mili, Tito, Mame, Pupi, Charo, Mari Rosa, María Lojo, Lola, Chari, Manoli, Paqui, Milagros, Isabel, María, Carmen…

jueves, 13 de agosto de 2015

789 hombres

Brutal titular: "789 han asesinado a sus parejas o ex parejas en los últimos 12 años"
No son una banda terrorista ni un grupo organizado.
No se conocían entre sí
No pertenecen todos a la misma clase social, los hay ricos y pobres.
Si antes de asesinar a una mujer alguien le hubiera preguntado a alguno de estos 789 ¿Eres machista? Habría contestado que no.
Si en un bar hubiera salido el tema de la violencia de género, la mayoría de los 789 habría hablado de las denuncias falsas... ...
Si se hubiera hablado de feminismo, habrían comentado que las leyes actuales favorecen a las mujeres...
Los 789 no serían especialmente agresivos, ni nacieron siendo asesinos, fueron asumiendo que el hombre es un ser completo y la mujer un objeto un ser no-libre que depende del hombre, fueron convirtiendo su frustración en destrucción, fueron transformándose en monstruos conforme reivindicaban su ego ahogando el de la mujer. Fueron adaptándose a una sociedad donde la mujer está en la casa y el hombre en el bar. Qué fácil es para los hombres adaptarnos a una sociedad así.
Hoy todo el mundo sentimos mucha rabia y mucha impotencia. Mañana tenemos que plantearnos qué hacer, cómo erradicar este horror. Los hombres podríamos empezar por comportarnos exactamente igual cuando hay mujeres delante que cuando sólo estamos hombres, tratar a todas las mujeres con el mismo respeto cuando no están presentes, no permitir que delante nuestra nadie trate a una mujer como un objeto, no reír la gracia del que se enorgullece humillando a una mujer. Son pequeñas cosas, pero creo que son importantes, mucho más que los tan masculinos golpes encima de la mesa, y los típicos "cabrón" "deberían ajorcarlos a todos..."
Quién sabe si alguno de esos 789 no dijo alguna vez lo mismo.

El Bronce Carriazo y Andalucía

 
Aquí no sobra nadie. Andalucía es mucho más que la encrucijada milenaria entre el norte el sur el oriente y el occidente. Esta pieza se encontró cerca de Sevilla, es conocida como el Bronce Carriazo. Los remates en ánades son típicos de los pueblos europeos, aunque ellos entre las dos aves colocaban un disco solar.
La cultura celta cambió el disco solar por una figura humana.
Pero en Tartessos, el culto al Sol y el culto a la fecundidad están integrados en la misma divinida...d desde época megalítica, esa diosa que protagoniza la pieza, influenciada por la fenicia Astarté, y que a su vez, utiliza el peinado de Hathor, diosa egipcia del amor, la alegría y la música.
Y lo de los brazos de par en par es una aportación netamente andaluza, y la sonrisa también.
Porque Aquí no sobra nadie, ni del norte ni del sur ni del este ni del oeste.
Eso era tartessos: egipcias, europeas, celtas, griegas, fenicias...
Por eso en Andalucía nadie es extranjero, desde tartessos hasta hoy, pasando por Al-Andalus y los cantones, aquí no sobra nadie.
Y por eso andaluz o andaluza puede ser quien le de la gana

Sobre el valor social del trabajo. El técnido del ADSL y Zaplana.

Un técnico que trabaja para una subcontrata de ONO o Movistar entra en tu casa, cargado con un montón de herramientas, te pone el ADSL, el teléfono fijo, cambia la centralita del bloque, el general, te comprueba el router, te explica las conexiones, te asesora sobre donde te conviene poner el wifi y el fijo... En una media hora, después coge su furgoneta y se dirige a otra casa, y hace lo mismo... así están desde las 8 hasta las 15:00 o a t...urno partido, depende. Ganan 700 euros.
Eduardo Zaplana, un hombre que dijo que estaba en política para forrarse, gana como consejero de Telefónica 700.000 euros. El valor social de su trabajo es haber sido ministro.
Hace 100 años tenían una excusa. Los ejecutivos sabían leer y escribir, sumaban, restaban y multiplicaban, tenían capacidad de tomar decisiones. Los obreros no sabían leer ni escribir, contaban regular y no tenían porqué tomar decisiones.
Hoy, las capacidades físicas, intelectuales, técnicas y sociales de un técnico en telecomunicaciones son mucho mayores que las de un ejecutivo pero ganan 100 veces menos. No necesitamos a los ejecutivos para que funcione la economía.
Si no, llama un día a Zaplana y dile que no te funciona el router.

Gandhi, el movimiento y la inercia

Fue Gandhi el que dijo que si quieres cambiar el mundo cámbiate a tí mismo. En nuestro país, el 15 de mayo de 2011 empezamos a cambiar un poquito, a ser más buenos, más solidarios, a querernos más.
Creo que en el último año hemos cambiado un poquito a peor; mucha potencia volcada en elecciones, procesos internos, cargos, sueldos, luchas de poder... nos hacen peores, menos solidarios y querernos menos.
No se puede hacer una revolución, ni siquiera transformar las condiciones de vida de la gente, sin destrozar al capitalista que llevamos adentro. Es difícil hacerlo, hemos sido educados para cultivarlo, mimarlo, darle los satisfactores que exige. O cada día somos un poco mejores o cada día somos un poco peores. Depende mucho de a qué dediquemos las horas de ese día. A cambiarlo todo o a perpetuarlo.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Vámonos con Plauto!

La justificación de los estados-nación parte de la famosa sentencia "Homo homini lupus" de Hobbes:
"El hombre es un lobo para el hombre".
Ya en bachillerato los libros de texto se encargan de recordarnos que como el hombre es un lobo parra el hombre necesitamos de un estado fuerte que nos proteja de nosotros mismos. 
Las guerras imperialistas, las cárceles, los psiquiátricos, los partidos políticos, la policía, el capitalismo... son construcciones derivadas de esta concepción de la naturaleza humana tan arraigada en Occidente.
Pero esos mismos libros y esa filosofía oficial nos ocultan que la frase "Homo homini lupus" viene de otra frase más antigua del comediógrafo Plauto: "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit" que quiere decir: "Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro".
La frase completa tiene un significado totalmente opuesto a la anteior. Solo necesitamos un estado cuando desconocemos quien es el otro, quien es la otra; cuando no nos miramos a los ojos, cuando no sabemos nuestros nombres ni las palabras que nos unen.
Muerte al estado, muerte al capital. Somos animales, pero animales unidos por el bien común

domingo, 16 de noviembre de 2014

Utopía y podemos

Yo no entiendo de Maquiavelo, en verdad al Gramsci tampoco acabo de cogerle el tranquillo, y al mierda ese de Schmitt ese no pienso ni acercarme. Pero entiendo que en estos tiempos, la lectura de estos autores han ayudado a crear una herramienta fabulosa, capaz de disputar el poder a los de arriba.
Eso sí, en este momento toca pasar a Boaventura, no vale enfrentar el poder, es necesario reinventar el poder, descolonizar el saber, restituir el valor de nociones tan depreciadas como la esperanza, la utopía, el futuro abierto... Luchar por un cambio de rumbo con esa doble dimensión: crítico-descriptiva, que desafia el actual estado de cosas y propositivo-transgresora, que platea alternativas creíbles que funcionan como horizonte movilizador de la acción colectiva e individual.
Alcanzar la utopía entendida como "la exploración, a través de la imaginación, de nuevas posibilidades humanas y nuevas formas de voluntad, y la oposición de la imaginación a la necesidad de lo que existe, sólo porque existe, en nombre de algo radicalmente mejor por lo que vale la pena luchar y al que la humanidad tiene derecho"